Por Jim Kovpak

“Contando lo que no fue dicho” es uno de los lemas de Sputnik News. La interpretación obvia es que el servicio de noticias ruso te va a contar las historias que “ellos” no quieren que tú sepas. “Ellos” son los “medios occidentales mainstream”, claro, o cualquier otro medio de comunicación masiva que informa algo que contradice a la posición oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia. Por supuesto, esto no evita que los medios de comunicación legítimos no puedan ignorar o minimizar ciertas historias debido a la motivación política o financiera, pero tampoco significa que una historia no contada sea necesariamente una superrevelación que iba a sacudir los cimientos del poder. A veces los medios ignoran una historia solamente por ser poco importante, irrelevante o incluso estúpida.

Sin embargo, ¡no es sobre Sputnik News! Claro que para informar a su audiencia van a revelar todo lo que los medios mainstream están escondiendo. Por ejemplo, como una historia que amenaza a toda la humanidad; Sputnik ha descubierto posibles evidencias de que el Centro de Investigaciones Nucleares Europeo (CERN) está abriendo un portal hacia otra dimensión, posiblemente al infierno. Sí, estáis escuchando bien, al mismo infierno, como en el videojuego Doom.

Si jugáramos por un momento al abogado del diablo, podemos sugerir que Sputnik lo ha publicado como una historia de humor, diciendo “¡Mirad a estos idiotas que vieron una foto de una tormenta y decidieron que el CERN abre portales a otra dimensión!”. Pero en el mismo artículo no vemos comentario alguno por parte del CERN, nada sobre una tempestad fuerte que ocurrió cuando el CERN tomó las fotos, tampoco otras fotos de las tormentas de otros lugares que muestran que no es un fenómeno único. Falta de contexto y tendencia de caer en teorías de conspiración nos señala que Sputnik lo toma muy en serio o, lo que es más probable, intenta alcanzar a la audiencia que lo tomaría en serio.

Esta no es la primera vez que el medio de comunicación estatal ruso difunde teorías de conspiración medio locas. En RT, la sección de Op-Edge está básicamente abierta a cualquier teoría de conspiración que uno pueda imaginar. Las únicas historias demasiado al borde para Op-Edge son las que invocan las mentiras del Kremlin o del MAE de Rusia.

En un artículo infame, Sam Gerrans comienza con un discurso típico “hecho a muerte” sobre «los niños en estos días» y cómo se han convertido a los mentes suaves y de alguna manera logra a montar la antigua teoría de conspiración del «bolchevismo judío» en su nota.

Al contrario del artículo de Sputnik, esta nota es por lo menos una opinión, es decir que RT se puede distanciar de esta posición, como una que solo pertenece al autor. Sin embargo una cosa es cierta: hay una inclinación claramente evidente. Ninguna de estas teorías de conspiración involucra al gobierno ruso. Y el propósito de difundir estas locas teorías es dar la impresión de que Rusia está fuera de todo este “Nuevo Orden Mundial”.  

Además las publicaciones así tienen un mejor tráfico en internet y rendimiento en las redes sociales; las comparten viralmente. No obstante, hay otra razón para cultivar la sociedad que consume teorías de conspiración. Rusia tiene dificultades para atrapar a la gente que piensa a su lado. Los académicos como Stephen Cohen terminan avergonzándose mientras se aferran a la política de Putin. Otros abogados y apologistas del Kremlin a menudo tienen conexiones comerciales o financieras con el poder del país. Siendo este el caso, el Kremlin se reduce a hablar a la audiencia, que es fácilmente crédula. Los que van a caer en las teorías de conspiración más ridículas, tienen más tendencia también a creer otras mentiras menos exageradas que vienen del Kremlin y, lo que es más importante, van a difundirlas.

Los teóricos de la conspiración son uno de los soldados más fieles, porque instintivamente creen cualquier cosa que contradice a lo que afirma su gobierno o el “establishment”. Esta es la razón de porque son la audiencia principal para todo tipo de estafas. La audiencia perfecta es una que no usa el pensamiento crítico y juzga todo con una simple pregunta: ¿qué dice mi gobierno sobre esto?

Hay otra razón por la cual los medios de comunicación rusos en idiomas extranjeros difunden las teorías de conspiración. Por su naturaleza no pueden ser refutadas; si faltan evidencias, es porque alguien las esconde; si hay evidencias que la contradicen, son fabricadas. Estas teorías nunca pueden ser comprobadas y los “creyentes” nunca sabrán qué es lo que pasó de verdad. Las teorías de conspiración no son algo bien razonable que cree en algo específico, sino algo que no cree en nada.

Y esta posición “no puedes saber que es real” ya ha hecho milagros para el gobierno de Putin en Rusia y fuera de sus fronteras; hasta que en otros países resulta a veces más fácil de conseguir “seguidores” porque poco saben de la misma Rusia y su papel en el mundo. Y cuando creen que los científicos abrieron un portal al infierno, no es muy difícil hacerlos creer que sus gobiernos mienten sobre lo que es Rusia.