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En los tiempos de la Guerra Fría, los disidentes rusos y su grave estado no dejaron las portadas de los diarios estadounidenses, así ellos quedaron en la memoria de los estadounidenses, dice el experto en temas rusos con treinta años de experiencia, Michael Davidson en su entrevista para la revista “Andmagazin”.

Alexandr Solzhenitsyn, Andrei Sakharov, Anna Ajmatova son nombres que la audiencia de EE.UU conocía bien y respetaba. Pero en el día de hoy, como señala el columnista, los disidentes rusos son las voces que claman en el desierto, que llaman a la atención mundial a los crímenes del régimen de Putin e intentan disipar la niebla de mentiras, que oculta los crímenes del Kremlin.

“La tragedia es que a la sociedad y políticos estadounidenses tan egocentristas esto no les molesta. El Kremlin usa herramientas de potencia para prevenir la difusión de la verdad afuera de las fronteras rusas y también dentro de su país. Los medios digitales están bloqueados. En la reunión del Servicio Federal de Seguridad de la Federación Rusa, Vladimir Putin comentó que en Rusia está prohibido el acceso a más de 1.600 sitios web. Además por publicar información están siendo perseguidos varios bloggers y usuarios de Internet”, dice M. Davidson.

El columnista estadounidense mostró una estadística oficial, que fue publicada en Rusia. Como informa RUSWEB, hay un decreto desde arriba para castigar a la gente por publicaciones en las redes sociales.
“Solamente en 2015 fueron abiertos alrededor de 200 casos penales por «actividad en Internet», y por lo menos 18 de los cuales terminaron en detención”, informó la revista.

M. Davidson cuenta los casos penales más famosos, entre los cuales están los de Ekaterina Vologzheninova, Andrei Bubeev y del poeta ruso Aleksandr Byvshev.

“Pero la cárcel no es el peor castigo por parte del Kremlin. ¿Cuántos estadounidenses conocen los nombres de Paul Jlebnikov, Anna Politkovskaya, Natalia Estemirova y Anastasia Baburova? La federación internacional de periodistas ha puesto a Rusia en el tercer lugar del mundo por la cantidad de muertes de periodistas, siguiendo Argelia e Irak. Entre los años 1993 y 2009 en Rusia fallecieron (no por muerte natural) aproximadamente 300 periodistas. Según los datos sobre los periodistas en Rusia, en este periodo 200 corresponsales fallecieron en “asesinatos, tiroteos o actos terroristas”, 165 de los cuales fueron asesinados a plena vista. Solamente 50 juicios fueron terminados con resultados, lo cual comprueba la impunidad de tales crímenes en Rusia”, dice Mr.Davidson.

Al mismo tiempo las persecuciones y los asesinatos a los otros tienen su efecto. En Rusia a menudo usan la presión sobre los periodistas y las editoriales para que colaboren y hagan sus compromisos. Esto toca incluso a los medios de la “oposición”, a los cuales obligan a ejecutar los pedidos del Kremlin a pesar de sus opiniones personales y (de) las investigaciones. Los que no quieren someterse a la voluntad del Kremlin, no podrán encontrar posibilidades de trabajo. El Kremlin también presiona a los anunciantes para controlar los medios de comunicación masiva.

“Es muy peligroso caer en desgracia frente al Kremlin, lo que testifica el destino de Sergei Magnitskii, quien fue asesinado mientras estaba bajo detención por las acusaciones falsas. O el destino de Boris Nemtsov, a quien le pegaron un tiro en una calle de Moscú. ¿Alguien en EE.UU sabía de las manifestaciones en el aniversario de su asesinato el 28 de febrero? Por coincidencia, un sitio web disidente, “Novyi region”, fue atacado por hackers el mismo día. La oposición no puede sentirse segura, incluso fuera de Rusia, ya que fue brutalmente demostrado por el asesinato del ex agente del Servicio Federal de Seguridad de la Federación Rusa, Alexander Litvinenko en Londres. Los medios occidentales prestaron atención a este caso, cuyos testigos nos llevan a Moscú”, advierte Davidson.

Según las palabras del periodista estadounidense, no hubo lugar donde la propaganda rusa podría ser más mortal que en el caso de la ocupación de Crimea y la invasión a Ucrania.

“En este caso Vladimir Putin usó la justificación, creada por Adolf Hitler en 1938 para la anexión y la invasión de los Sudetes. Recordemos, que el crimen siguiente de Hitler fue la invasión a Polonia en colaboración con Stalin el septiembre de 1939. Gran Bretaña y otras potencias importantes de esto tiempos con su política de apaciguamiento simplemente animaron a la agresión de Hitler. ¿No se enfrentan hoy Polonia y los países bálticos con una amenaza similar por parte de Rusia?”, pregunta el periodista.

“Décadas de guerra han dado lugar a la obsesión de los estadounidenses por los asuntos internos, y mientras tanto el mundo se ha convertido en un lugar mucho más peligroso que al final de la Guerra Fría, y algunas de sus partes ya están en llamas. Los villanos están creciendo y cada día se vuelven más fuertes, cuando encuentran sólo una resistencia débil. Al mismo tiempo, las voces perturbantes de los disidentes rusos y otros afectados por esta maldad los siguen ignorando”, concluye Michael Davidson.

Fuente: Ksenia Kirillova para NR2.