El incidente con un avión de las aerolíneas bielorrusas Belavia fue ampliamente levantado en los medios de comunicación. Los operadores de vuelo ucranianos mandaron al avión que regresara a Kyiv por orden del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU). Los expertos de ambos lados comentan la situación, pero algunos noticieros culparon al SBU de bandidismo.

En la nota de RIA Noticias con el título “Cambio de flechas. Nuevo turno en el incidente aéreo militar entre Kyiv y Minsk” se concluye que “los militares ucranianos aún más evidentemente no juegan según las normas del derecho, sino con reglas de bandidos. Sin vergüenza de poner en peligro la vida de la gente. En resultado: en la tierra, como en el cielo de ucrania, está ocurriendo algo incorrecto y peligroso”.

Además en RIA fue publicada otra nota donde un experto decía que el SBU supone una grave amenaza.

 Ria.ru
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En la nota citan a un miembro del Consejo de Política Exterior y Defensa (ONG de Rusia), Aleksandr Mikhailov, quien dice: “Esto fue una iniciativa del SBU, que ahora se portan como unos “peces gordos” criminales y hacen lo que quieren. Ya no es un servicio especial, sino un grupo de bandidos, que torturan a la gente y le sacan testimonios a través de palizas”.

El abogado ucraniano de la aeronáutica, Andriy Guk, reconoce la falta de profesionalismo del SBU en la forma en que informaron sobre este incidente, pero añade que en el contexto del derribo del avión MH17, los servicios de seguridad no deben subestimar el riesgo, por eso si hay un peligro, los servicios tienen que reaccionar.

Sobre las acciones del operador de vuelo de UkSATSE, Guk explica:

“El comentario oficial del SBU se trató sobre la seguridad nacional. En este caso los agentes del orden pasan la información a UkSATSE y sus operadores de vuelo informan a bordo del avión. Y no hace falta amenazar a alguien, el piloto que aún está en la zona de operación ucraniana debe someterse a las órdenes”.

Para la decisión de aterrizar obligatoriamente el avión es suficiente con tener una información sobre el posible peligro. Él dice que según el documento correspondiente el avión puede ser clasificado como un posible peligro amenaza si se encuentra por lo menos una de las cosas siguientes:

  1.   No cumplimiento —sin explicación de las razones— de las órdenes por parte las instituciones del manejo del movimiento aéreo y las divisiones del sistema civil y militar o por los órganos del mando militar.
  2.  Información por parte de los órganos del manejo del movimiento aéreo, los servicios especiales, las autoridades policiales, incluso internacionales, sobre una sospecha de algunas acciones ilegales en equipo.

Por lo tanto las acciones del operador de vuelo de UkSATSE, quien recibió la orden del SBU sobre una amenaza potencial para la seguridad nacional, eran correctas, dice Guk. Pero por su parte el SBU funcionó con falta de profesionalismo: la información dada con baja calidad es un fracaso más en el espacio de la información.

Un piloto militar, Aleksandr Komarovsky, comentando para la radio bielorrusa “Radio Libertad” dijo:

“Es una cosa común lo que hizo el operador de vuelo ucraniano. Si tuvieron alguna sospecha, cualquiera puede ser (no solo terrorista, sino también drogas, armas, fallo técnico), entonces la torre de control puede dar la orden de regresar urgentemente a Kyiv. Eso debe ser realizado sin discusión”.

Скриншот сайта Радио Свобода

Komarovsky admitió que el operador de vuelo no tuvo que amenazar al equipo del avión sobre que en el caso de no someterse a la orden la aeronave sería interceptada, pero su orden es la ley y la discusión debería ser ya después del aterrizaje.

La cuestión de las pérdidas derivadas de la situación que llevó las aerolíneas Belavia no son tantas, dice el abogado Guk: “Es el reabastecimiento de combustible y el cargo por el despegue y aterrizaje (que en este caso el aeropuerto va a pedir). El retraso en el vuelo en total fue 1 hora y 12 minutos”.

Recordemos que el 21 de octubre el avión de las aerolíneas de Bielorrusia, Belavia, que viajaba de Kyiv a Minsk fue devuelto al aeropuerto de Kyiv por la orden del SBU bajo la sospecha de que un pasajero tendría información que hubiera podido amenazar la seguridad nacional.