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Todos los que siguen la información por los medios rusos, puede darse cuenta que la propaganda de los últimos años justifica todos los crímenes, aún más los militares, del Kremlin    como la necesidad de responder al “peligro exterior”. Todas las acciones de Rusia están mostradas como la reacción necesaria a la política de los EE.UU. Las autoridades rusas, comenzando por Putin y finalizando por todos los diplomáticos, repiten mantras de que “la OTAN viola su promesa de no extenderse a Este”; “EE.UU invadieron a la esfera de los intereses vitales de Rusia, organizando el golpe de estado en Ucrania”; “cultivan una quinta columna”; “provocaron la guerra civil en Donbás” y otro de este estilo.

Estas afirmaciones con éxito están siendo usadas dentro de Rusia y ya varias veces habían sido refutadas por la prensa del exterior. En particular habían sido publicados los artículos que con detalles desenmascararon el mito del “Occidente que humilla a Rusia” y con una explicación clara que la situación actual es la consecuencia y no es la causa de la agresión rusa. Sin embargo, los argumentos de la propaganda rusa son populares entre algunos estadounidenses. Hay que reconocer que los medios del Kremlin y su ejército de los trolls saben encontrar los puntos débiles de la sociedad occidental y los utilizan con eficacia.

Vamos a revisar estos puntos débiles:

  1. El hombre común estadounidense tiene una tendencia a ser ingenuo en las cuestiones de la política exterior. El pragmatismo tradicional para EE.UU no cubre la esfera que no toca a sus propios intereses obvio, que los acontecimientos de Ucrania y Rusia tampoco lo hacen. Como consecuencia en estas cuestiones la mayoría de los estadounidenses muestran una ignorancia sincera y están dispuestos para creer a cualquiera información que viene.
  2. La propaganda rusa manipula con la actitud crítica de los estadounidenses a su gobierno. Hasta un patriota estadounidense suele no confiar en sus políticos y tampoco a los medios de comunicación masiva oficiales. Es más, la actitud crítica y sospechosa a sus autoridades los estadounidenses lo consideran como un logro de su democracia, que garantiza defenderse de las dictaduras. Esta calidad no es mala, pero los propagandistas del Kremlin la usan más que otras. La idea que el estado es “el mal menor”, de que puedes esperar cualquiera maldad, tradicionalmente está en la cultura de masas en los Estados Unidos. En muchas películas de Hollywood encontramos este guion, donde un agente de FBI o CIA de repente encuentran que son sólo peones en el juego de poderosos y luego comienzan a luchar tanto contra los villanos como contra sus propias autoridades. Algo parecido podemos observar en los últimos capítulos de la serie «The X-Files». Por lo tanto la información de los medios rusos -que parece ser independiente de la posición oficial de las autoridades de EE.UU- está percibida por la gente como si fuera la única posibilidad para conocer un punto de vista alternativo.
  3. Les ayudan también algunos medios estadounidenses. Ya hace más de un año atrás el analítico Paul Goble señalaba que muchos periodistas occidentales confunden el equilibrio con la objetividad, pensando que deben mostrar todas las posiciones sin razonar si tienen un fundamento o no. Esto alienta a Moscú a inundar los medios con muchas versiones de la realidad. Y el Kremlin está seguro que los medios occidentales van a tomarlo como “una parte de la historia” lo que al final pasa. El hecho que aún más dramatiza la historia es que los periodistas occidentales no imaginan la cantidad de mentira que existe en los medios de Rusia y siguen aceptandola información, juzgándola por sus criterios.
  4. El culto de profesionalismo también ayuda a los propagandistas jugar su papel. A diferencia de los rusos, los estadounidenses no se consideran como los expertos en geopolítica. Ya mencioné que muchos ciudadanos rusos están bastante adictos al narrativo de sus televisores, encontrando allí la sustitución de su propia importancia, que hasta un guardián está listo con toda sinceridad discutir sobre cuáles eran “en realidad” los planes la OTAN tres años atrás. Los estadounidenses están acostumbradosa no considerarse a sí mismos como si fueran los expertos en todas las áreas y ver las cosas de una manera saludable. Por lo tanto ellos aprecian la opinión de un ruso y piensan que ellos entienden muy bien los asuntos de su país. La opinión fanática está percibida por un estadounidense como la opinión profesional y también tiene una alta credibilidad.
  5. Además el Kremlin utiliza la conocida corrección política de los Estados Unidos. Los estadounidenses no van a discutir a muerte buscando convencer a su interlocutor tomar su posición. Ellos pueden ceder o callarse, aún más cuando ven que el tema es muy importante para su interlocutor, para no lastimar sus sentimientos, ya que los que creen a la propaganda rusa o los trolls siempre atacan con su opinión como si fuera una cuestión de vida y muerte. Aun así, no tomando la posición de ellos, los estadounidenses no impiden la propagación de la propaganda.Lamentablemente los consultantes políticos del Kremlin conocen bien estas debilidades del Occidente y las utilizan con sus propósitos. Y los Estados Unidos todavía no hallaron el formato digno de confrontación a los ataques informacionales, que podría disminuir el peligro sin violar las normas democráticas.

Ksenia Kirillova es una periodista que solía trabajar para “Novaya Gazeta” de Rusia, ahora vive en los EE.UU.

Fuente: Ksenia Kirillova para Radio Liberty Russia