Foto: Vitalii Ankov / RIA  / Scanpix
Foto: Vitalii Ankov / RIA / Scanpix

El 23 de febrero el editorial Vox publico un artículo del investigador británico Mark Galeotti sobre la situación real de las fuerzas armadas de Rusia. Desde su punto de vista, no se puede juzgar sobre sus capacidades por la participación en las operaciones militares en Crimea y en Siria. Enseñando al Occidente sus mejores hombres en aquellos territorios, Putin exagera sus posibilidades reales y lo que pretende es asustar a la comunidad mundial y establecer más influencia.

Desde sus primeros días en el poder Putin comenzó la modernización de las fuerzas armadas. Tuvo que hacerse cargo de un ejército que encontró en pésimo estado debido a la corrupción y a una falta de financiación de décadas. Por su puesto que el estado actual del ejército ruso no es tan lamentable como en el año 1999, pero sería un error pensar que su reformación está completa.

Las fuerzas armadas rusas ahora mismo consisten más en la percepción que el mundo tiene de su poder que en su potencial real. Galeotti se refiere a la operación psicológica para crear la apariencia de una potencia militar.
Durante la anexión de Crimea, el conflicto en Ucrania y la operación militar en Siria la sociedad mundial pudo observar como funcionan no el ejército ruso en general, sino solo sus mejores partes. Opinar sobre la fuerzas armadas en general es lo mismo que opinar sobre la educación de los EEUU después de una excursión a Harvard – así argumenta su punto de vista el experto británico.

Mientras tanto, el Occidente cree a los faroles de Putin, cuando valora la potencia militar de Rusia. Así considera al ejército ruso como una amenaza terrorífica. Eso se puede explicar por la influencia psicológica, pero además en la arena mundial existen jugadores muy interesados en propagar esa idea. De modo que es muy cómodo utilizar “la amenaza rusa” para gastar más dinero en la industria militar y aumentar los fondos para diseñar nuevos armamientos. Para los países vecinos de Rusia la amenaza de agresión del Kremlin es la posibilidad de encontrar apoyo. También existen los centros analíticos y el trabajo de los algunos de ellos consiste en prepararse para lo peor que pueda venir.

Al fin y al cabo, la propaganda de la amenaza rusa solo sirve para los intereses de Vladimir Putin. Mark Galeotti está convencido de que el presidente ruso aprovecha el miedo de los oponentes, así obtiene más influencia.

“Hablando de forma objetiva, Rusia no es un gran estado. Tiene un arma nuclear, pero en la práctica no obtiene ningún beneficio de eso. El recambio del armamento cuesta dinero, y la economía rusa es muy dependiente de los precios del petróleo, que hoy en día alcanzó el suelo. La economía rusa es la 13va, de momento se sitúa entre Australia y España. Es la mitad que la de Francia y 14 veces menos que la de EE.UU. Incluso antes de la caída de su moneda nacional Rusia gastaba siete veces menos en defensa que los Estados Unidos.”

La única carta que lleva el Kremlin en la manga es la estrategia del riesgo, romper las reglas y confiar en que sus oponentes sean más prudentes y estén abiertos a las concesiones y que no se atreverán a culparle por un farol.

Fuente: VOX

Mark Galeotti – mayor experto occidental en Rusia, su ejército y fuerzas armadas. Más famoso por su blog In Moscow´s Shadows; además Galeotti es empleado de diferentes centros de investigación y profesor en la Universidad de Nueva York.