Ralph Niemeyer no representa de ningún modo a Alemania: no ostenta ningún cargo en su patria, no tiene autoridad ni peso político. Además, huyó a Rusia en 2022.
En los medios de comunicación prorrusos circula la información sobre la provocación que los países de la OTAN supuestamente están preparando en Kaliningrado, según ha informado un determinado personaje alemán, Ralf Niemeyer. Según Niemeyer, Rusia podría ser acusada falsamente de interferir las señales GPS de la región. Niemeyer cree que la OTAN quiere utilizar esto como pretexto para continuar la “agresión contra Rusia”, incluso si Ucrania es derrotada.
Las publicaciones no ofrecen ninguna prueba que confirme estos planes de la OTAN: los propagandistas se basan exclusivamente en la opinion de Ralph Niemeyer presentándolo como una figura cercana al Gobierno alemán. Sin embargo, lo cierto es que Niemeyer es un auténtico marginado que no ha vivido en Alemania desde 2022 y no ha ocupado ningún cargo gubernamental en ese país.
En Alemania, Niemeyer es conocido sobre todo por ser el ex marido de Sarah Wagenknecht, una política que se ha opuesto sistemáticamente al suministro de armas a Ucrania y apoya la transferencia de los territorios ocupados a Rusia en aras de la «paz». A diferencia de su ex esposa, el propio Niemeyer no ha alcanzado el éxito político; se presentó sin éxito tres veces al Bundestag por diferentes partidos y, tras la invasión a gran escala de Ucrania por Rusia, cambió bruscamente su trayectoria profesional y se proclamó “canciller en el exilio”. Niemeyer afirmó que el gobierno alemán había dejado de existir prácticamente, y que él era su último representante legítimo, y sobre esta base, en 2022, se reunió con varios funcionarios rusos, entre ellos Lavrov y Peskov. Niemeyer está estrechamente vinculado al Movimiento Ciudadanos del Reich, una doctrina política radical de derechas que no reconoce la existencia de Alemania como Estado. Las fuerzas de seguridad alemanas han puesto en marcha una investigación sobre las actividades extremistas del movimiento y han realizado registros, incluso en el domicilio de Niemeyer, donde se le acusó de preparar un golpe de Estado y pasar información falsa a un gobierno extranjero que supone una amenaza para Alemania. Ahora Niemeyer pasa mucho tiempo en Rusia y concede regularmente entrevistas a medios de comunicación rusos, cuyas narrativas coinciden con las pro-Kremlin: por ejemplo, critica las sanciones y aboga por la adhesión de Alemania a los BRICS. Al mismo tiempo, Ralf Niemeyer no tiene influencia política real ni en Alemania ni en Rusia: su papel se limita a ser la llamada “cara de la oposición alemana” en las fuentes de propaganda.
Anteriormente StopFake había refutado otros bulos sobre la “agresión de la OTAN contra Rusia” en sus artículos: Falso: “La OTAN invadirá Rusia tras la guerra de Ucrania”, El Grupo de Visegrado, Falso: Rusia lucha contra la OTAN, no contra Ucrania.