2016-05-10_22-52_CEPA
Según los politólogos estadounidenses, la táctica de los medios de comunicación rusos en días de hoy se distingue mucho de los tiempos de la guerra fría. En este entonces la URSS gastaba enormes costos para mostrar que viven mejor que el Oeste. Ahora, RT, Primer canal y las redes sociales rusas gastan la mayor parte de su tiempo para encontrar las fallas de EE.UU, señalándolas y exagerándolas, porque como cualquier país las tiene.

Los organismos ultraizquierdos y ultraderechos en la UE utilizan este tipo de propaganda, porque tiene el propósito de desestabilizar la comunidad europea y radicalizarla.

Anne Applebaum es una periodista y politóloga de CEPA (el Centro de política y análisis europeo), ella está segura de que “primeramente debemos ser conscientes de contra que luchamos: como funciona, quien lo usa y porqué. El efecto de la propaganda es diferente en diferentes países y tenemos que darnos cuenta donde este impacto tiene más éxito. Por ejemplo, los medios rusos tienen cierta popularidad en Francia, donde sus ideas y herramientas son utilizadas por el Frente Nacional, que está encabezada por Marine Le Pen. En los otros países su éxito es menos significativo. Por lo tanto nuestra meta principal es entender qué hacen ellos y cómo lo hacen”.

Según la conclusión de los politólogos del CEPA, las autoridades de los Estados Unidos aún no entienden el nivel de la amenaza de esta guerra informativa. Para analizar el conflicto propagandista y desarrollar los métodos de resistencia, CEPA lanzó un nuevo proyecto: “Iniciativa en el sector de la guerra informativa”. Anne Applebaum opina que no es suficiente solamente con invertir más dinero del estado y financiar corresponsales en el exterior:

“En los tiempos de la guerra fría fue suficiente con darle a la gente más noticias objetivas y mostrarle los ideales democráticos y la libertad, que no existían en la URSS. Ahora es más complicado, porque la desinformación rusa socava las instituciones democráticas y los gobiernos occidentales. Por lo cual nuestra respuesta debe ser más compleja y no sólo aumentar la provisión para la radio y la televisión. Tenemos que entender claramente el fenómeno de la desinformación y cómo influye a los mentes de la gente a través de las redes sociales como Twitter, Facebook y otros”.

Como concluyen los politólogos de CEPA, en la guerra informativa están incluidos los medios nacionales tanto como “las fábricas de trolls” en Internet. Las novedades publicadas por los programas robóticos “bot” o por los “trolls” generan un efecto de confianza para los cientos de miles de usuarios. Además el espectro de la desinformación es muy amplio, desde la muestra de la OTAN como un agresor malvado hasta la idea de que el virus ZIKA fue creado en laboratorios de la Agencia Central de Inteligencia.

Fuente: Nastoyaschee Vremia