El tema ya se volvió constante a partir de la primera falacia difundida por los medios españoles sobre el futbolista de Ucrania Roman Zozulya, culpado de ser nazi por llevar el escudo oficial de Ucrania en su camiseta y de financiar “grupos paramilitares” por tener un fondo para el ejército ucraniano que lucha contra la agresión rusa.

Esta vez, a principios de julio de 2018, apareció una nueva ola de especulaciones y acusaciones sin evidencia, basadas en viejos prejuicios y falacias, que difundió que los aficionados del Oviedo no quieren a Zozulya por su presunto nazismo.

Uno de los primeros medios en publicarlo fue El Confidencial, con el título “La afición del Oviedo no quiere a Zozulya: «El nazismo no contempla el respeto»«. En el primer párrafo el autor de la nota escribe:
Los aficionados, conscientes del perfil del ucraniano muy próximo a los círculos neonazis de Ucrania, lograron frenar su fichaje, tras duras peleas dialécticas con el club”.

Nada más repite la vieja falacia, sin mencionar que tales acusaciones fueron negadas por el mismo Zozulya y refutadas por los medios ucranianos, en particular por StopFake.

Es más, se cita en el segundo párrafo del artículo un tuit de la peña Azul Otero, que menciona el asunto del nazismo: no se menciona que tal hecho nunca fue comprobado.

Tras de mencionar varios comentarios en Twitter, la nota recuerda el incidente de Zozulya con el club Rayo Vallecano y los Bukaneros. Y al final citan al mismo futbolista: ««Me llamaban fascista por defender a mí país», quiso explicarse el jugador”’.

Tal cubrimiento del tema, que se ha vuelto muy polémico, se ve muy unilateral, ya que varias de las evidencias habían sido presentadas anteriormente.

El noticiero deportivo Unión Rayo también publicó la nota, repitiendo la misma frase; ni siquiera poniéndola entre comillas:

“El club franjirrojo decidió hacerse con los servicios de Zozulya en el mercado invernal, pero la afición aborreció el fichaje debido a sus vinculaciones políticas con grupos neonazis y paramilitares”.

Tampoco menciona nada de que las acusaciones fueron negadas y refutadas.

Por supuesto, el tema no fue omitido por los medios rusos en español y Sputnik agregó su propia “explicación”: “La polémica por el fichaje de Zozulya surgió a raíz de la publicación en redes sociales de fotografías del jugador con el batallón de voluntarios Azov —de ideología neonazi— y de otras en las que se comparaba a sí mismo con Stepán Bandera. A Bandera se le achaca haber colaborado con el nazismo en plena ocupación de Ucrania durante la Segunda Guerra Mundial y haber cometido crímenes de guerra y contra la humanidad contra judíos y polacos al noroeste del país”.

Lo último no tiene sentido, porque ningún tribunal de guerra internacional culpó a Stepán Bandera de crímenes de guerra y contra la humanidad, tampoco está en la lista de los ucranianos reconocidos de cometer los delitos de guerra. Es más, a partir del 5 de julio de 1941 (durante plena guerra, en la cual ya había entrado la URSS) Bandera fue encarcelado por los nazis.

Volviendo al personaje de Zozulya, ningún medio recordó el hecho de que fueron los medios españoles que, por ignorancia, informaron que el futbolista ucraniano vino a Sevilla con una camiseta con “un símbolo nazi”, que en realidad era un escudo de Ucrania, que proviene del Estado anticipado de Ucrania Rus de Kyiv, lleva más de mil años y no tiene nada que ver con el nazismo.

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Luego las especulaciones tocaron el hecho de que Román Zozulya creó un fondo para apoyar al ejército ucraniano y a las familias de los soldados.

El cartel publicado por la peña Azul Otero lleva tachado el escudo del batallón Azov, pero en el Fondo mismo comentaron para StopFake que “el fondo no capta y nunca ha captado voluntarios para Azov”. Además, desde mayo de 2014 el batallón Azov fue incorporado a la Guardia Nacional de Ucrania, o sea que significa que esta unidad no está fuera del control del ejército regular de Ucrania.

Los voluntarios del fondo “Ejército popular” recibieron premios en 2016 por el Ministerio de Defensa de Ucrania por realizar su trabajo. El fondo ayuda al ejército ucraniano con vestimenta, comida, medicinas y equipos para los militares, como binoculares, radios, autos. Además apoya a las familias de los soldados y ayuda a los niños de los militares a pasar las vacaciones.

Aún en torno a la polémica con los Bukaneros, Zozulya escribió una carta abierta en la cual afirmó que “…no estoy vinculado, ni apoyo a ningún grupo paramilitar ni neonazi alguno. He realizado una importante tarea en Ucrania, colaborando con el ejército para proteger a mi país”.

El tema de las acusaciones contra el futbolista ucraniano fue mayormente utilizado por la propaganda rusa, que constantemente quiere convencer a Occidente de que los ucranianos son fascistas y nazis que “matan a su propia gente en el Donbás”, estrategia mediática que procura distraer la atención de la realidad de la agresión rusa y del amplio apoyo militar de Rusia a los grupos armados separatistas prorrusos de las repúblicas autoproclamadas de Donetsk y de Lugansk.