El primer ministro, Donald Tusk, y el ministro de Asuntos Exteriores, Radoslaw Sikorski, calificaron el ataque como un “acto de terrorismo de Estado” organizado por Rusia. El Gobierno polaco indicó directamente que los sospechosos, ciudadanos de Ucrania, habían sido reclutados por los servicios especiales de Rusia y habían huido a Bielorrusia.

Los medios de comunicación rusos, al informar sobre la explosión contra la línea ferroviaria Varsovia-Lublin, comenzaron a afirmar que Polonia había acusado a Ucrania de este acto terrorista. Esta narrativa está dirigida a desacreditar a Ucrania y a empeorar las relaciones polaco-ucranianas. 

Captura de pantalla de ura.ru: “Polonia acusa a Ucrania de sabotajes en las vías férreas”

En realidad, el primer ministro, Donald Tusk, y y el ministro de Asuntos Exteriores, Radoslaw Sikorski, calificaron el ataque como un “acto de terrorismo de Estado” organizado por Rusia. Las autoridades polacas indicaron directamente que los sospechosos, ciudadanos ucranianos, habían sido reclutados por los servicios especiales de Rusia y habían huido a Bielorrusia,  lo que constituye una prueba contundente de la implicación de la Federación Rusa. 

El incidente –la explosión de vías férreas con artefactos explosivos– ocurrió en la línea Varsovia-Lublin en las proximidades de la localidad de Mika. Esta línea posee un carácter estratégico, ya que se utiliza para suministrar ayuda militar, humanitaria y combustible a Ucrania.

El presidente Volodímir Zelenski ha impulsado la creación de un grupo de trabajo conjunto polaco-ucraniano para prevenir los sabotajes rusos, afirmando que “todos los hechos apuntan a la huella rusa” y que nadie, excepto Rusia, tiene interés en tales acciones.

En respuesta al incidente, Polonia decidió cerrar el último consulado ruso en Gdansk y envió hasta 10.000 militares para proteger las infraestructuras críticas.

Cabe señalar que el uso por parte de Rusia de ciudadanos de Ucrania u otros países para llevar a cabo actos de sabotaje en Europa es una táctica típica de la guerra híbrida, que permite al Kremlin negar su implicación y, al mismo tiempo, desacreditar a Ucrania. Por ejemplo, en 2024, en Polonia también fueron detenidos, entre otros, ciudadanos ucranianos implicados en el incendio del mayor centro comercial de Varsovia, que, según la fiscalía polaca, también fue perpetrado por orden de Rusia. Anteriormente, la fiscalía polaca había acusado a tres ciudadanos polacos y tres bielorrusos de cometer actos de sabotaje en el país por encargo de los servicios de inteligencia extranjeros.

Anteriormente, StopFake había desmentido bulos similares de que Zelenski “había admitido estar preparando atentados terroristas con misiles Tomahawk” y que Israel había detienido a ucranianos que estaban planeando un atentado terrorista en Jerusalén.