Desde 2014, Ucrania ha pedido repetidamente a Rusia, que inició una guerra contra Ucrania, que negocie el restablecimiento de la paz. El presidente Zelenskyy ha declarado repetidamente su disposición a entablar negociaciones directas con Putin. E incluso después de que el Kremlin celebrara pseudorreferéndums, Ucrania sigue dispuesta a reanudar las negociaciones con Rusia, pero no con Putin como el presidente de este Estado.

Los medios rusos difundieron el discurso de Vladimir Putin, en el cual él dijo que supuestamente fue Ucrania la que inició la guerra en 2014, comenzó a luchar contra su propia gente y se negó a sentarse a la mesa de negociaciones. Putin asegura que Rusia está jugando el papel de «pacificador», tratando de «detener» esta guerra.

«Putin llamó a Kyiv parar operaciones de combate y regresar a negociaciones», kp.ru

La propaganda rusa desde 2014 intenta convencer a todos que en Ucrania fue una guerra civil, mientras que en realidad Rusia atacó al país sin declarar una guerra oficialmente. El ataque de Rusia a Ucrania en 2014 es un hecho establecido. En la reunión de la ONU del 15 de marzo de 2014 en Nueva York, la representante de los Estados Unidos ante la ONU, Samantha Power, acusó a Rusia de violar los principios fundamentales de las Naciones Unidas, que prohíben el uso de la fuerza contra territorios extranjeros y respetan la soberanía y la integridad territorial de todas las naciones. Ucrania también recibió el apoyo de los Estados miembros democráticos de la ONU, cuando se adoptó la Resolución de la Asamblea General de la ONU sobre el apoyo a la integridad territorial de Ucrania el 27 de marzo de 2014.

La disposición de Ucrania para las negociaciones con la parte rusa también se confirma con la firma de los acuerdos de Minsk en 2014 y en 2015. Además, Ucrania participó regularmente en las reuniones del Grupo de Contacto Trilateral sobre la solución pacífica de la situación en el Donbás, pero Rusia continuaba lanzando sus ultimátums y exigía el reconocimiento de los territorios ocupados como rusos, acusando a las autoridades ucranianas de «sabotaje de los acuerdos de Minsk».

En julio de 2019, en su mensaje de vídeo, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, dijo que estaba listo para una conversación directa con Putin con la participación de líderes mundiales en Minsk.

«Quiero dirigirme al presidente de Rusia, Vladimir Putin. Necesitamos hablar. Es necesario. Pues vamos a hacerlo. Discutamos a quién pertenece Crimea y quién no está allí en el Donbás(…). Ofrezco la siguiente compañía para conversar: yo, usted, el presidente estadounidense Donald Trump, la primera ministra británica Theresa May, la cancillera alemana Angela Merkel, el presidente francés Emmanuel Macron. ¿Dónde quedamos? Creo que Aleksandr Lukashenko estará feliz de recibirte a nosotros en Minsk», dijo Zelenskyy en 2019. 

A finales de 2019, se celebró por primera vez en varios años la cumbre de Normandía, durante la cual Zelenskyy y Putin mantuvieron conversaciones, acordando un alto el fuego completo a lo largo de la línea de contacto. Rusia absolutamente ignoró la decisión de esta cumbre.

Además, el 17 de diciembre de 2021, Rusia emitió un ultimátum a la OTAN. Rusia exigió a Occidente someter y entregar toda Europa del Este a la esfera de influencia rusa, así como la restauración de las “fronteras» de la OTAN hasta 1997, es decir, sin la República Checa, Hungría, Polonia, Estonia, Bulgaria, Lituania, Letonia, Rumanía, Eslovaquia, Eslovenia, Albania, Croacia y Montenegro.

Durante cuatro días, del 10 al 13 de enero de 2022, se llevaron a cabo tres rondas de negociaciones entre EE. UU., la OTAN, la OSCE y Rusia. La tesis de que la OTAN y Ucrania no querían escuchar a Rusia queda refutada por el hecho mismo de celebrar estas consultas.

Ya después del comienzo de una guerra a gran escala por parte de Rusia, el 25 de febrero Zelenskyy llamó a Putin que se sentara a la mesa de negociaciones:

«Quiero apelar al presidente de la Federación Rusa una vez más. Los combates continúan en todo el territorio de Ucrania. Sentémonos en la mesa de negociaciones para detener la pérdida de vidas».

En la primavera de 2022, se llevaron a cabo varias rondas de negociaciones entre Ucrania y Rusia sobre el fin de la guerra: Ucrania hizo una serie de propuestas específicas a Moscú, pero Rusia solo siguió exigiendo la rendición de Ucrania. En el verano, Ucrania confirmó una vez más su disposición para las conversaciones de paz, si se discute el fin de la guerra y la retirada de las tropas rusas del territorio de Ucrania. El 7 de junio el presidente ucraniano dijo

«Estoy, como antes, firme y decidido, pese a lo que quiera o no, a negociar directamente con el presidente Putin, si estamos listos para una discusión seria».

El Kremlin rehuyó las negociaciones bajo varios pretextos.

Después de la exitosa contraofensiva del ejército ucraniano en el este y sur del país, la retórica del Kremlin cambió: ahora Rusia comenzó a exigir negociaciones de paz. Sin embargo, las palabras no se sustentaron en hechos: a fines de septiembre, Rusia celebró «referéndums» bajo las ametralladoras en los territorios temporalmente ocupados de Ucrania, que no fueron reconocidos por ningún país democrático del mundo.

Después de tales pseudorreferéndums, el 28 de septiembre Zelenskyy dijo que la anexión de nuevos territorios ucranianos cierra cualquier posibilidad de negociación con Putin. El 30 de septiembre, Zelenskyy implementó la decisión del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa de Ucrania «Sobre las acciones de Ucrania en respuesta al intento de la Federación Rusa de anexar el territorio de nuestro Estado para garantizar la seguridad del espacio euroatlántico, de Ucrania y restablecer su integridad territorial”, en la cual se comprobó la imposibilidad de llevar a cabo negociaciones con el presidente ruso, Putin.

«Por lo tanto, estamos listos para un diálogo con Rusia, pero ya con otro presidente de Rusia», concluyó Zelenskyy comentando de tal decisión.

Además, en respuesta a los pseudorreferendos rusos, Zelenskyy anunció que Ucrania había firmado una solicitud de adhesión acelerada a la OTAN y pidió a los socios occidentales que implementaran las propuestas de garantías de seguridad preparadas por Ucrania, descritas en el Tratado de Seguridad de Kyiv.