El activista político y ex campeón de ajedrez cree que «no hay espacio» en Rusia para la disidencia. «Te encarcelan, te matan o tienes que exiliarte». La entrevista con G. Kasparov fue hecha por María Crespo para El Mundo.

Gary Kasparov en el Management & Business Summit 2016 en Madrid. RAFAEL BRAVO / ATRESMEDIA
Gary Kasparov en el Management & Business Summit 2016 en Madrid. RAFAEL BRAVO / ATRESMEDIA

El excampeón mundial de ajedrez y activista político Gary Kasparov abandonó Rusia en 2013 porque su vida corría peligro y se instaló en Nueva York. Ahora tiene pasaporte croata, es columnista ocasional en el periódico ‘Wall Street Journal’ y recorre el mundo como orador explicando que la vida, como una partida de ajedrez, es una constante toma de decisiones.

«Tenemos demasiadas respuestas, lo importante es saber si estamos haciendo las preguntas correctas», asegura Kasparov. «Se puede ganar siendo tanto defensivo como agresivo, lo importante es saber cuál es tu juego y hacer que tu oponente se sienta incómodo», dice a durante el Management & Business Summit celebrado en Madrid. Kasparov cree que la agresividad de Putin «no tiene límites» y que el «dictador» no duda en buscar nuevos enemigos con los que justificar su poder.


P. «El tiempo de la esperanza ha sido sustituido por el tiempo del miedo». ¿Cree que esta frase de Svetlana Alexievich podría aplicarse a cómo se siente, ahora más que nunca, la disidencia en Rusia?

R. No sé qué más se puede decir del miedo después del asesinato de Boris Nemtsov, ejecutado delante del Kremlin. Si eres un verdadero disidente no hay espacio para ti en Rusia. Te encarcelan o bien te matan o tienes que exiliarte. La Rusia de Putin es una dictadura de un sólo hombre. La discrepancia sólo puede existir si el Gobierno la permite.

P. ¿Es capaz de imaginar una Rusia en la que la oposición pueda presentarse a unas elecciones?

R. No hay elecciones en Rusia, ni Parlamento. No son más que palabras. Estás confundiendo a tus lectores si utilizas estas palabras. Se puede pensar que Rusia es como España, como Portugal o Reino Unido. Es una dictadura donde todas estas instituciones existen como una cortina de humo de un poder ilimitado en las manos de un hombre.

P. Y, sin embargo, los líderes europeos no tratan a Putin como un dictador, sino como un presidente democráticamente elegido.

R. Porque en el momento en que los líderes europeos reconozcan que es un dictador tienen que empezar a actuar. Basta con observar el comportamiento del gobierno holandés [Se refiere al derribo por parte de un misil de fabricación rusa disparado desde Ucrania del vuelo MH17, el pasado 17 de julio de 2014. Murieron 298 personas. Moscú siempre ha negado su implicación]. 196 ciudadanos holandeses fueron asesinados por un misil ruso. Pero [Holanda] sabe que si reconoce públicamente la culpa de Rusia tendrá que hacer algo. Saben que Putin lo ignorará. Mira el caso Litvinenko. Tres gobiernos británicos lidiaron con ellos. A Litvinenko no lo envenenaron con polonio, fue un ataque terrorista nuclear. Y sabemos quién lo hizo y, de nuevo, cada gobierno británico, dos laboristas y uno conservador, están parados, porque en el momento en que acusen a Andrei Lugovoi de manera abierta tendrán que pedir su extradición, Putin lo ignorará, y tendrán que hacer algo. Es un problema que los líderes crean que por ignorar el problema se mejora la situación. Creo que es un grave error y creo que todos pagaremos esa actitud de los líderes europeos.

P. ¿No cree que llegará un punto en que a Europa no le quede más remedio que enfrentarse a Putin? ¿Es que Putin no tiene ningún límite?

R. No los tiene. Puede matar personas, cruzar cualquier frontera, saltarse todos los acuerdos. Mira Crimea. Crimea no era un problema. Putin ha defendido en Europa que Crimea era un problema especial. Pero no ha habido una sola declaración del gobierno ruso sobre Crimea desde 1991. Ni Yeltsin, ni Medvedev, ni Putin…no hubo una sola declaración exigiendo Crimea. Fue sólo la decisión de Putin para destruir al estado ucraniano. Llegó a la conclusión de que la revolución en Ucrania podría suponer una amenaza para su mandato en Rusia. Porque es una señal que gente que habla prácticamente el mismo idioma y pertenece a la misma familia cultural y lingüística eligiera vivir en Europa como ciudadanos libres y no bajo una dictadura.

P. ¿Podría darse un Euromaidán en Moscú?

R. El proceso político de Euromaidan fue muy específico. Es posible en países autoritarios, para que ocurra necesitas una cierta oposición en el parlamento, un poco de televisión sin censura. Pero Ucrania no era una dictadura; era un estado autoritario.Yanukovich intentó mover al país en esa dirección y entonces surgió [la protesta]. Rusia ya ha perdido su única oportunidad de desencadenar un ‘Maidan’ en 2011. No pasó, y ahora, si ocurre, será algo diferente y mucho peor. Putin instala el miedo en las masas y mantiene una imagen de hombre poderoso. Tiene que demostrar sus fortalezas para convencer a potenciales rebeldes dentro de su círculo de que es demasiado fuerte como para ser retado. Los dictadores fuertes no son retados. En el momento en que enseñe sus debilidades, será vulnerable.

P. ¿Qué valoración hace de la participación de Rusia en la guerra en Siria? ¿Está ayudando a resolverla o un problema?

R. [Bashar] Asad es la fuente principal de los problemas en Siria. Todo empezó con él, con protestas pacíficas contra él. El Estado Islámico es en cierto modo un producto de la guerra de Asad, porque eso es lo que hacen los dictadores: necesitan a alguien que sea mucho peor que ellos, para que ellos sigan siendo una opción potencial. Putin fue instrumental para que Asad se mantuviera en el poder. Y ahora Rusia no está bombardeando al Estado Islámico sino a civiles, porque Putin está ayudando a Asad a eliminar a la oposición razonable para dejar a Asad como la mejor opción entre él y el IS. Cuanto antes lo echen de Siria, mejor para la región.

P. ¿Cree que el presidente ruso quiere justificar su liderazgo interno con sus agresiones en el exterior, desviando la atención de la población de la crisis económica interna?

R. Todo dictador necesita justificarse. En el momento en que un dictador se queda sin argumentos económicos, busca enemigos. Primero, en su propio país y cuando ya no le quedan, los busca fuera. Si escuchas a la propaganda rusa, 24 horas al día, siete días a la semana, es como el culto a la muerte, está promoviendo el odio, está siempre buscando enemigos. Es sólo cuestión de tiempo antes de que se mueva a otro lugar. Pregunta a la gente que vive en los países Bálticos o en Polonia, te dirán que están muy preocupados acerca del peligro que viene de un dictador desesperado que viene del este.

Fuente: El Mundo