El presidente de la República Checa, Milos Zeman, al frente de la PACE (la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa) el 10 de octubre propuso que Ucrania reciba una recompensa por Crimea, ya que las sanciones antirrusas no tienen eficacia y la anexión de la península es ya un hecho consumado. Además dijo que los intentos de devolver Crimea a Ucrania pueden desatar una guerra europea.

Esta declaración provocó una polémica en los medios de comunicación rusos, ucranianos y entre los políticos europeos.

“Vender Ucrania, y no la guerra. Acerca de la propuesta del presidente de Chequia”

Zeman culpó a la Unión Europea de «dobles estándares» acerca de su posición sobre Crimea, comparando la situación con la de la independencia de Kosovo.

El presidente checo subrayó que esta opinión es suya y no refleja la posición oficial del país: “Por un lado intentamos evitar una guerra en Europa, por otro lado – compensar la pérdida para Ucrania”.

El MAE de Ucrania declaró que esta posición no es aceptable, porque legaliza la anexión ilegal de Crimea a través de una “venta” de los territorios.

“Es difícil creer que lo escuchamos de parte del presidente del país que tanto sufrió por la conspiración de Munich”, concluyeron en el comunicado del MAE de Ucrania.

Rusia por su parte reaccionó distinto a esta declaración del presidente de la República Checa. El portavoz del presidente Putin, Dmitry Peskov, dijo que “ni de facto, ni tampoco de jure hablamos sobre la anexión (de Crimea – red.), y por lo tanto no va a ver ningún tipo de recompensa”.

La narrativa de los medios de información pro-Kremlin en torno a la frase de Zeman estuvo basada en tres pilares:

  1. ahora hay una «discusión intraeuropea», en la cual observamos el apoyo a Rusia, de que las sanciones no son efectivas, la misma Europa sufre por ellas; las sanciones deben ser canceladas y “la cuestión de Crimea” resolverse con las herramientas diplomáticas;
  2. Ya no será posible el retorno de Crimea a Ucrania, pues todos lo deben aceptar como es;
  3. Sí, puede ser que Rusia sea el agresor, pero es un gran país; el conflicto contra el cual llevaría a una nueva guerra europea o incluso mundial.

La prensa pro-Kremlin, después de las declaraciones de Peskov, empezó a citar a los politólogos y analíticos declarando que este tema, junto con la propuesta de Zeman, es discutido ampliamente entre los políticos de la UE.

El diario ucraniano pro-Kremlin Vesti citó al “politólogo de perfil amplio” Ruslan Bortnik: “Las élites europeas no reconocen oficialmente el enfoque que Zeman ofreció. Sin embargo, el tema es discutido de manera activa al margen, incluso nuestros políticos ucranianos están hablando de una posible recompensa financiera”. Sus afirmaciones no van junto con hechos o prueba alguna.

Esta idea fue también expresada por el noticiero digital ruso Politnavigator, que publicó un artículo con el título “En Kyiv reconocieron que, ofreciéndole a Ucrania abandonar a Crimea, Zeman expresó el pensamiento de las élites europeas”.

La agencia de noticias RBC incluso presentó los ejemplos de la venta de los territorios soberanos, enfocándose en la idea de que estas prácticas son normales para Europa.

Otra idea que promocionaron los medios propagandísticos era que la cuestión de Crimea debe ser cerrada para evitar una nueva guerra. El canal RT publicó un artículo sobre la importancia política de las declaraciones de Zeman, asegurando que Crimea debe quedarse con Rusia, porque si no habría una nueva guerra entre Europa y Rusia. La misma idea fue expresada por un politólogo, Bogdan Bezpalko, en una nota de la agencia de noticias RIA.

En el Internet en ruso también fue ampliamente difundida la opinión del redactor del noticiero checo Reflex. El autor fue más allá suponiendo que la cuestión de a qué país pertenece Crimea puede llevar a una guerra mundial, porque los europeos “no pueden oponerse en nada a Putin y lograr el cumplimiento de las normas violadas del derecho internacional; no hay nadie en la Tierra que podría hacerlo”. La conclusión que hizo fue que Europa debe dejar la idea de devolver Crimea a Ucrania.

La agencia RIA en su artículo “Vender Ucrania, y no la guerra. Acerca de la propuesta del presidente de Chequia”, agregó que no se trata solamente de Crimea, sino de la soberanía de Ucrania en general.

“Si realmente se trata de un «gran trato», entonces se referirá no solo a Crimea, sino también a Kyiv, y nadie preguntará a Kiev si lo quiere o no”, escribió el autor de RIA.

Él supuso que Zeman expresó la idea de “los tíos más adultos” y de que “la opinión de Ucrania no les importa”. Además dijo que “el proyecto Ucrania no es viable a largo plazo”. Concluyó que la frase de Zeman fue nada más que una “una señal de invitación para comerciar”.

Por su parte Milos Zeman afirmó que es su opinión y que no pedirá perdón por lo dicho. La posición de la UE acerca de la anexión de Crimea por Rusia queda clara y sin cambios. El primer ministro de Chequia, Boguslav Sobotka, declaró que el discurso de Zeman contradice la política exterior de la República Checa. El Senado de la República Checa también condenó la declaración del presidente: tales declaraciones «legitiman la agresión de Rusia, lo que va en contra del derecho internacional». Los ciudadanos checos escribieron numerosas cartas con disculpas a la Embajada de Ucrania en la República Checa; en las redes sociales fue lanzado un hashtag #sorryUkraine con el cual los checos publican sus fotos, diciendo “Chequia no es Milos Zeman”.

En 2014 el presidente de Chequia de repente cambió su posición sobre la anexión de Crimea. Desde el principio la comparó con la intervención soviética en Checoslovaquia, exhortó a la OTAN a no permitir la invasión de las tropas rusas al este de Ucrania, pero luego de unas semanas empezó a apoyar al ministro de exterior de Rusia, Sergey Lavrov, que negaba la presencia de las tropas rusas en Ucrania. Ahora Zeman tiene una posición prorrusa y está en contra de las sanciones antirrusas.